El día 11 de abril de 2002, una marcha convocada por la oposición venezolana para protestar contra el gobierno de Chávez, fue desviada de su recorrido autorizado y dirigida al Palacio de Miraflores para pedirle su renuncia. Antes de llegar a su destino, los canales de televisión mostraron imágenes fraguadas y culparon a seguidores del presidente Chávez de disparar contra los marchistas.